Las personas que leen lo hacen para olvidar, y quienes escriben, para sanar.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Back to base

Caminando llego a una bifurcación simbólica. No puedo dar un paso más, si lo doy ya estoy en un camino y no puedo volver al otro. A veces se me confunden ambos y las posibilidades de qué va a pasar en cada uno.
Un camino me invita a rendirme. A dejar atrás todas las preocupaciones que tengo, a hacer free falling y abandonarme en la caída. Que termine como termine. 
El otro camino tene espinas rodeándolo, parece largo y sé que va costar pasarlo. Me va a doler. 
En ambos no sé cómo voy a terminar. 

Miro alrededor y estoy sola. Hay un aire que me hace pensar que alguien hay, pero no lo veo. Con una vos medio temerosa pregunto si hay alguien ahí... y no tengo respuesta, no sé si es porque no me quiere contestar o porque no hay nadie ahí en serio.

Levanto un pie y giro mi cuerpo para encaminarme al primero. Al que supuestamente hay un final feliz. Pero... es tan difícil. No me sale. No soy buena. No me va a salir bien. Entonces me arrepiento y me siento en el suelo. No lloro porque ya no tengo lágrimas adentro. Solo siento miedo, duda, vergüenza, me doy lástima. ¿Y si voy por el segundo? ¿Si me rindo? Me da culpa, no me gusta hacer cosas por inercia. 

Desasosiego.



No hay comentarios:

Publicar un comentario