Las personas que leen lo hacen para olvidar, y quienes escriben, para sanar.

miércoles, 1 de enero de 2014

Como hay gente que tiene la compulsión a mentir, a comer esmalte de uñas u oler gasolina, yo tengo ESA maldita compulsión.
La de crearme historias de amor.
Desde que me conozco soy así. Mientras mis amigas hacían desfiles de modas con sus Barbies, yo creaba historias de princesas, de amores, de besos, casamientos y finales felices. Siempre me interesaron las historias de amor, no había novela, película, serie o cotidianeidad a la que no le buscara algo romántico. No sé por qué.

Es el día de hoy, el primero de un nuevo año, en el que me doy cuenta que ya no es sano. No puedo estar sola. TENGO que pensar en alguien, y a falta de una persona, me inundo en historias ficticias. Con tal de no aceptar la soledad, rememoro un amor de algo que leí. Es un escape, como todo lo que hago. Es el día de hoy que sabiendo que tengo que pasar tiempo sola y descubrirme, paso toda una noche siguiendo a un imposible. Siempre sigo imposibles.
Y ahí es cuando me pregunto... ¿Es posible la soledad? Uno puede estar físicamente solo, puede aparentar una vida completa y vitalizante. Pero... siempre se va a estar pensando en alguien. No somos bacterias, Dios nos creó para conocernos, para formar lazos. Y ahora, pasa que con tal de no pasar un minuto aceptando la soledad, voy a mi happy place. Uno que existe hace muchos años..más de los que me gustaría admitir.

¿Cambiaré?

lunes, 28 de octubre de 2013

Lamerse las heridas.

Pesan más éstas 9 semanas y 5 días que un año y medio.
Levantate, sacudite el polvo, limpiate las lágrimas que derramaste y las que no, y caminá. Y no mires atrás.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Back to base

Caminando llego a una bifurcación simbólica. No puedo dar un paso más, si lo doy ya estoy en un camino y no puedo volver al otro. A veces se me confunden ambos y las posibilidades de qué va a pasar en cada uno.
Un camino me invita a rendirme. A dejar atrás todas las preocupaciones que tengo, a hacer free falling y abandonarme en la caída. Que termine como termine. 
El otro camino tene espinas rodeándolo, parece largo y sé que va costar pasarlo. Me va a doler. 
En ambos no sé cómo voy a terminar. 

Miro alrededor y estoy sola. Hay un aire que me hace pensar que alguien hay, pero no lo veo. Con una vos medio temerosa pregunto si hay alguien ahí... y no tengo respuesta, no sé si es porque no me quiere contestar o porque no hay nadie ahí en serio.

Levanto un pie y giro mi cuerpo para encaminarme al primero. Al que supuestamente hay un final feliz. Pero... es tan difícil. No me sale. No soy buena. No me va a salir bien. Entonces me arrepiento y me siento en el suelo. No lloro porque ya no tengo lágrimas adentro. Solo siento miedo, duda, vergüenza, me doy lástima. ¿Y si voy por el segundo? ¿Si me rindo? Me da culpa, no me gusta hacer cosas por inercia. 

Desasosiego.