Las personas que leen lo hacen para olvidar, y quienes escriben, para sanar.

martes, 24 de septiembre de 2013

Letter to myself

Querida Florencia del futuro:

No sé cuando vas a leer esto, pero vos sí. Esta carta no es tanto para vos, sino más bien para mí. Es una manera de tener esperanza. 
Hay muchas incertidumbres ahora. El futuro es algo incierto, a veces tengo una imagen que me da fuerzas, otras veces siento que es solo un espejismo. Sigo sin poder creer que esta historia terminó así... Por ahí vos sabés si sigue o no, tal vez sea la ventana a que comience otra historia que me haga feliz.
Florencia, mi vida está siendo como una montaña rusa. Cuando creo que estoy bien, el menor recuerdo desencadena una angustia que impacta por todo mi cuerpo, como si chocara contra un paredón. Hay días que estoy de un buen humor que creía que no existía y existen momentos en donde creo que ésto solo es el principio de algo bueno. Hay otros donde el dolor, el enojo y la desesperación son todo lo que siento.
¿Estoy bien sola? No sé. Por ahora no estoy sola, a veces yo misma me doy compañía.
Como ya dije, hay muchas cosas que no sé. Vos sí sabés si voy a dejar de soñar todas las noches con lo mismo, sabés cuánto voy a tardar en dejar esto atrás... tal vez hasta ya sepas quién va a ocupar nuestro corazón de nuevo. Vos sí sabés a qué iglesia estás yendo y qué pasó con toda esa gente que ahora considero mi familia.
Me imagino que te acordarás que escribíamos cartas del futuro, en donde plasmábamos nuestra ansiedad e impaciencia del futuro haciendo preguntas que contestábamos meses después. Esto es como una carta al futuro. Obviamente, en realidad lo que querría es recibir una carta tuya... sería tan fácil tomar un camino si alguien me asegura que está bien lo que hago. Pero... si vamos al caso... si yo hablara con la Florencia de 19 años que lloraba de la soledad, le diría que haga todo lo que hice yo. No me arrepiento de nada. Sé quién soy, sé lo que quiero. Ahora más que nunca.
Espero que vos estés bien, que no te hayas olvidado de sentirte completamente feliz por el hecho de estar viva. ¿Te acordás esos días que te reías por la calle de lo feliz que eras, que escribías poemas y te creías enamorada de la vida? Ojalá que te sientas así ahora.
No te olvides de las cosas que escribiste, que por más que no hayan sido correspondidas, eran verdaderas. Acordate que la vida es enquilombadamente hermosa, que un te quiero cambia todo, que no hay que soltar la mano, que está bien jugársela, que a veces los equilibristas ganan y otras veces no. Los pajaritos pueden cantar otra vez para vos.
No te olvides que cada lágrima derramada es una lágrima menos adentro tuyo.
Espero verte pronto, 


Florencia.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Sin días.

But just because it burns
Doesn't mean you're gonna die
You gotta get up and try, and try, and try
You gotta get up and try, and try, and try 

Basta de contar días. No hay una fórmula perfecta de tiempo de duelo, más allá de lo que diga Freud. Tengo que entender que solo Dios y yo juntos es lo que me da fuerzas. Algún día que no sé cuál va a ser, voy a dejar de recordar. Otro día, voy a dejar de sentirme mal, con suerte otro voy a empezar a olvidarme, a sentir menos, y menos y menos. Ojalá que algún día que no sé cuál va a ser, pueda perdonar. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Día 5

Estoy en pelotas. Necesito escribir pero no sé qué escribir. Siento que tengo miles de palabras adentro mío y que no me sale ninguna. Estoy en ese momento donde todo el mundo me aconseja que siga con mi vida, que no hay mal que por bien no venga, sí sí, perfecto, todo re lindo, pero me siento para el culo. 
Dios me está poniendo a prueba con algo increíblemente tortuoso: tengo que aprender a olvidar y perdonar. Yo nunca fui buena perdonando. Voy apilando cosas y cuando ya no me importan las elimino, por lo que no me importan personas que hace años me lastimaron, porque ya pasó, tengo otras prioridades. Pero siento que lo que me pasa ahora es algo nuevo. Esas otras personas me lastimaron sin querer y a veces hasta sin darse cuenta porque yo vivía en una fantasía. Ahora lo siento como un traición. Sin ningún tipo de explicación, de un día para el otro, sin un te amo de por medio, tengo que reconstruir mi vida y fumarmela. Tengo ganas de putear. Tengo bronca. Sí, estoy resentida. No, no sé si puedo perdonar.
Necesito ganar en algo, necesito que me pase algo bueno. Necesito decir "uh, sí, fue re feo, pero un tiempito después me pasó algo RE bueno". Y no lo veo venir, presiento que vienen épocas feas de soledad y bronca, y no quiero eso. Carajo, no quiero eso.
Ni siquiera estoy escribiendo bien. Odio esto.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Día 3

 
Borrar fotos. Borrar documentos. Borrar conversaciones. Ahora los lugares son solo un punto en el mapa. La plaza pasa a ser una plaza. La casa pasa a ser una casa. El momento pasa a ser un recuerdo que trato desesperadamente de sacarme de la cabeza. Quiero olvidarme de todo, quiero que no signifique nada. Quiero tener momentos nuevos, quiero sacarme a ese monstruo que tengo encima que no me deja sonreir, necesito otra vida, necesito otro mundo, necesito otra iglesia, necesito otra gente, necesito tantas cosas, necesito un milagro.